lunes, 1 de noviembre de 2010

No te preocupes ojos azules



A unos días de mi tercer triatlón quiero agradecer a Jose Luis Marin alias “Salsitas”, “Ojitos”, “Carmelo Reyes cien caras”, a Luis Antonio alias “Isaac” entrenador de natación sin su apoyo y conocimientos no podría aguantar mil quinientos metros continuos, a Miguel alias “Kung fu panda” por su gusto por el running y ser el único con el que puedo platicar de mis entrenamientos. Muy especialmente agradecer a Ed; sí, a pesar de sus constantes cambios de humor, de su horrible carácter, pero no es como creen que es, conociéndolo y valla que lo conozco es un buen tipo. Ed me paga los viajes, los taxis, las comidas, los hospedajes, paga mis vitaminas, mis bebidas isotónicas, las reparaciones de las bicis, las clases de natación, todo lo que se necesite, desde un reloj con cronometro resistente al agua hasta el café que se me antoja después de correr en la mañana.
Ed me consoló cuando me fracturé el dedo de la mano, me curó cuando me corté en el pie derecho, me apoyó y tuvo toda la fe y confianza en mí cuando un día antes del triatlón de Huatulco me paré frente al mar y junto a mí se sumergió y me dijo “Ya ves si se puede”


Me ha acompañado con su humor simplón en mis tardes de running y me hace reír al recordarme alguna de sus travesuras y ocurrencias del día.
Casi siempre me va contando de lo que escribe y de lo que va a escribir. Me emociona cuando se le ocurre un poema.
A veces me enojo con Ed, porque es muy veleidoso, voluble e irresponsable y sabiendo de lo que no debo hacer; irme de parranda con Ed porque es un extremista y luego no voy a entrenar porque me sedujo con su guitarra y me dice: “Nada más nos tomamos una cerveza y nos fumamos un cigarrito” No es cierto. Ed no tiene toda la culpa porque a mí también me encanta el desmadre.


Ed es indisciplinado e irreverente, pero quiero agradecerle que me levante muy temprano a hacer ejercicios con pesas, claro que se queda otros diez minutos en la camita, pero lo entiendo son tiempos fríos. Ed quiere tocar la guitarra pero cede su tiempo en ir de noche a la natación, luego va de mal humor o cansado pero ya dentro de la alberca o encima de la bicicleta cambia y le pone todas las ganas y la actitud.
Ed es un poeta y me apoya en mis eventos y desafíos atléticos. El Triatlón de Acapulco se lo dedico con mucho cariño a Ed.