viernes, 19 de noviembre de 2010

Diablo de la guarda Hoy presentamos: “Albondiguita caminando”

III


Xavier no se daba cuenta, pero todo lo que hacía o era un escape, o era para ir pasándola, o era para demostrarle a alguien, o ¿sería para olvidar a alguien? o ¿para llamar la atención de alguien?.. Pues si era para todo eso y además ser aceptado pues no lo ha conseguido.
Ni sus prácticas en las técnicas de box de 6 a 7 pm, ni sus cursos de cocina y repostería, ni su perfeccionamiento en el idioma inglés sirvieron para poder decirle Hola a Rosario.

La percepción de sí mismo es lamentable y cada que ve a Rosario la ve tan bonita, tan agradable, tan flaca, y hasta le pone valores honesta, sincera, y más cualidades amorosa, valiente, tierna
….-Merece algo mejor –
se dice Xavier y se lo cree, pero no tiene una idea de cómo es o como luce –algo mejor- la percepción de Xavier ante los ojos de los demás es de una albondiguita caminando. Sí, distorsión total del que acaba de terminar en 3 horas 27 minutos el Maratón de Paris. El que después de tres años sólo en el reflejo de un espejo puede comprobar que gracias a la natación, su físico ha cambiado para ser atlético con músculos tonificados.
La vez que decidió abandonar los entrenamientos de box sintió miedo, un miedo desmedido semejante al del día posterior cuando en un pasillo de la oficina vio a Rosario y no tuvo donde esconderse ni para donde correr. La pelea con careta de protección y peto fue una pesadilla como la que tuvo hace unos días donde por más que intentaba golpear a sus agresores no lo conseguía y eso lo desilusionó y angustió. El box no es para mí; Rosario no es para mí. En lo del box estoy de acuerdo lo supo, fue derrotado, pero se preparó, se midió, se subió al ring y aunque bajó apaleado nadie le puede decir esta boca es mía. La boca de Rosario de labios delgaditos, de labios de muñeca, rosados y a veces rojizos que son una referencia en su rostro pálido y ayudan a colorear su peculiar cara. Xavier se preguntó un día al ver otra pelea de exhibición en el gimnasio como sería la táctica, como intentar acorralar, someter y a la vez invitar al combate cuerpo a cuerpo a Rosario..Pero recordó su afirmación, su mantra.
Rosario no es para mí. Merece algo mejor…. ¿algo mejor?- ¡algo mejor!
-algo mejor- es como ese hombre que abrazó en aquel sueño donde se sintió tan pero tan bien..