viernes, 12 de noviembre de 2010

Lo que pasa en las Vegas; se queda en las Vegas


Dedicado a mi Diablo de la guarda ¡Que rica compañía! Y a la tipeja angelical.

Después de cinco años Xavier se dio cuenta que no encaja en la oficina, que resultó ser un frijol negro en un arroz perfectamente blanco.
Como a cualquier indisciplinado lo movieron, lo cambiaron, lo alejaron. Pero no se puso triste, ni preocupado, de eso andaba pidiendo su limosna.

Se dio cuenta como si volara y viera todo desde arriba, desde otro ángulo. Desde otra perspectiva se dio cuenta que no era para tanto, que no ha perdido nada y que patético fue, que no notó que se estaba marchitando como una flor, que era un caballo de carreras encerrado de 9 de la mañana a 7 de la noche.
Ahora trabaja con el Diablo. Xavier que alguna vez se enamoró de Vanessa porque ella contrarió al mundo diciéndole una preciosa mentira piadosa – “Tienes cara de angelito” – Xavier tan demonio supo que el Diablo no es como lo pintan, que es más como un roedor furioso y juguetón. Esta semana Xavier comió dos helados a la vez, comió lo que nunca: una hamburguesa gigante. De lunes a viernes sonrío y río de más y lo notó, notó brillo en sus ojos; tan apagados y ya tan acostumbrados a andar sin luz. Tampoco se siente uno de ellos (de los nuevos) pero es cómplice y con eso basta.
Esta semana soltó un mueble desde seis metros de altura, el placer de la destrucción, del romper, del ruido liberador. También por venganza y un poco de desmadre aventó en un carrito del Soriana al que se supone trabaja de vigilante y se sintió vivo al verlo estrellarse contra una enorme puerta metálica. Disfrutó como chaval mojar a sus compañeros que como en película de cárcel tomaban por la fuerza a un infeliz y uno de ellos hasta le besaba la oreja, los otros manoseaban al otro pobre desgraciado y era un jueguito porque claro la simulada violación era por encima de la ropa- “Ora perros a coger a otra parte” y rió estrepitosamente porque al sentir el agua fría los perros se dispersaron.

A veces Xavier se siente fuera, técnicamente es un desadaptado social (que termino tan despectivo e inquisitivo) Para él su trabajo es como en una nave de ciencia ficción al estar rodeado de seres interplanetarios.
Xavier nació sin ángel pero se alivió cuando se enteró que también nace gente con diablo y que existe una enorme diferencia y distancia con los que nacen estrellados.

Amén