jueves, 14 de octubre de 2010

Sueña lejos de la tristeza

La ciudad tembló cuando estaba en el subterráneo. Mis sentimientos aun más se revolvieron, se agitaron, se rompieron.
Sin aspavientos, sin la menor intención de salvarme de alguna catástrofe. Llegué a la superficie y todo lucía hermoso; el terror embelleció por unos instantes la ciudad, sus edificios y sobre todo sus luces que destellaban un fulgor diferente.
Reconocí que estaba en un sueño cuando recordé lo que había pasado antes de entrar al transporte subterráneo, recordé quien sacudió todo, quien me sigue doliendo (a pesar de más de cinco años) Porque aun no entiendo que tanta lindura se haya escapado y nunca ha vuelto a regresar.
De la alegría de volverla a ver a la terrible desilusión de “ya no te quiero”