miércoles, 15 de diciembre de 2010

El hombre de Wall Street



Dedicado a Pancho







Esto te lo tengo que contar. Al momento de sentarse dijo. Este es el mejor lugar para desayunar, viendo el mar. Yo la miré enrarecido. Por supuesto que escogí ese lugar por la vista, me daba igual la compañía y no esperaba platicar. Así que eres ruda y buena onda. Le dije después de minutos de agradable charla, me atrapó de inmediato su dulce y risueña voz. Platicamos de Biutiful, la película de González Iñarritú y me volvió a atrapar cuando me dijo que le había gustado mucho y los porques. Luego remató toda mi atención cuando me contó que era Salvaje, ese grupo de locos corredores, skyrunners, conquistadores de los cielos, que ya había terminado La Malinche, El Nevado, El largo y sinuoso camino, Real de catorce, El Trail del río, El Iztlaciuatl y que ahora estaba ahí por el maratón de Mazatlán. Que correría 10 kilómetros. Pero si tienes cara de ruda, no de 10 le dije, respondió halagada que lo haría por solidaridad por su hermana y como en obra de teatro fue el pie, el momento para que apareciera Laura. Yo me llamo Luisa. Y yo dije desde lo más honesto de mi corazón Encantado…. Xavier.


Y ahora no era obra de teatro era como una película. Bajé a leer en los camastros de la playa del hotel y Luisa estaba recostada tomando el sol con un libro que supongo llevaba poquito de ser puesto en la mesita de plástico junto al bloqueador solar. Quedamos para ir a cenar los tres y estar presentes en el espectáculo de luces que proyectarían a las ocho treinta en el Malecón. Hasta ese momento no pensé en ella como pensaba en Rosario o en Sara las únicas mujeres bellas en mi mundo. Pero al encontrarnos en el lobby del hotel me desconcertó agradablemente su sencillez, su sonrisa, su figura y lo lindo que le sentaba el color rojo.
De regreso al hotel nos despedimos y cada quien para su habitación. A la media hora sonaba música, me asomé al balcón y había una boda alrededor de la alberca. La música sonaba muy bien y decidí ir a buscar a Luisa. Ella encantada salió y fuimos al Oxxo por un café. Su hermana decidió no acompañarnos (afortunadamente para mi) Platicamos en los camastros de la playa y la música era el sound track de nuestra conversación. Caminado por la playa de noche en el bello Mazatlán me dijo. Estoy comprometida me caso en seis meses.



Banda Sonora: El hombre de Wall Street (Jaime López) Algo en común (Bunbury) El negro José