miércoles, 11 de agosto de 2010

Historias de amor y de silencio



Arturo de Cordova (Actor). Alberto Chavez Traconi (Defraudador)
Lo que he leído lo he visto en proyecciones mentales y lo acomodo de manera teatral.


Mario Alberto convenció al director del penal para que lo ayudara a evadirse de la cárcel. Por la vía sentimental obtuvo las facilidades para falsificar su propia boleta de libertad. A nadie extrañó el hecho de que el propio director facilitara la salida del controvertido reo, pero si generó suspicacias el hecho de que salieran juntos del reclusorio, en el propio automóvil del director.
El plan frustrado de Rodríguez Robles (Director del penal) era fugarse “de luna de miel” con Mario Alberto, a quien hospedó en su casa tras sacarlo de la cárcel. Ya habían adquirido boletos de avión, pero nuevamente el Rey del Fraude hizo de las suyas, cuando quedó descubierta la falsedad del documento de liberación. Poco después Jesús Javier retornó a la cárcel de Jonacatepec… pero en calidad de recluso. Rodríguez Robles se sintió engañado y como un estúpido.


Arturo de Córdova tenía una relación intensa y apasionada pero desgraciadamente vivía en un tiempo en que no podía mostrar abiertamente su amor y cariño al también actor Ramón Gay. Una noche Ramón acompañaba a una amiga, el esposo de esta la espiaba de cerca, era un celoso por lo cual se encontraban en ese momento distanciados. Terminada la cena y la velada de amistad y charla Gay y su amiga actriz subieron al auto para dirigirse a la casa de ella. El esposo furioso golpeo el rostro de la bella actriz, Gay salió del auto y defendió a su amiga. El descontrolado esposo sacó una pistola y disparó al suelo, a la mano y al pecho de Ramón, atravesándole mortalmente el hipocondrio para alojarse en su vientre, fue lo que le causó la muerte. Arturo al enterarse de la noticia, quedó en una soledad enorme, quedándose con tantas cosas guardadas en su pecho, en su corazón.

Post dedicado a la mujer que volteó me miró detenidamente y me dijo: “Buen día” en el elevador y a mí se metrabo la langua..