jueves, 7 de julio de 2011

Sur o no sur









En dos meses he entrenado en varias albercas. Sin duda la de ayer fue la más bonita, fue como estar en un sueño.
Empecé a entrenar cuando los últimos rayos de luz se alcanzaban a ver. En un instante la noche apareció y por la ventana veía las luces del sur. Recordé a “S” Ella vive en el sur de la ciudad. Nadar en un tercer piso, alcanzar ver las luces del sur, llevar mi pensamiento a “S”, recordé sus letras, las cartas sin marcar, sin sobre en forma de e-mail. Sus postales cibernéticas tan lindas y jamás cursis porque siento y creo que lo hacía desde un estado de enamoramiento, de idealización. Recordé su gusto por la cocina, sus gustos musicales, sus preferencias literarias pero sobre todo recordé su hermosura.
Nunca la he visto de frente, alguna vez la vi de perfil (salí huyendo) Recordé que ella me sabía llevar bien, me tenía en sus manos…Todo eso y mucho más recordé en dos mil metros de nado continuo, 40 toques a la orilla de la alberca. 40 bolitas de un ábaco de bolitas amarillas, azules, rojas y verdes.