Me gustaría tener sesiones con la Doctora Melfi. Me gustaría soñarla. Soñar que espero ojeando una revista y que ella abre la puerta de su consultorio. Cómodamente sentado a una prudente distancia, relajado por la serenidad y dominio de la situación que ella ostenta. Me encanta el tono de su educada voz, de su melodiosa voz domadora de fieras. Me seduce su presencia engalanada en sus preciosos trajes sastre, sus piernas son tema de un ensayo completo de poesía erotismo y fetichismo.
Seria sublime cada semana tener un sueño con ella, una sesión con ella, verla una vez a la semana porque al igual que Tony me haría mucho bien. Me abriría, no escondería nada, le hablaría de …… Sin duda esta escena fue de lo mejor de la tercera temporada de “Los Soprano”
Me gustaría tener sesiones con la Doctora Melfi. Me gustaría soñarla. Soñar que espero ojeando una revista y que ella abre la puerta de su consultorio. Cómodamente sentado a una prudente distancia, relajado por la serenidad y dominio de la situación que ella ostenta. Me encanta el tono de su educada voz, de su melodiosa voz domadora de fieras. Me seduce su presencia engalanada en sus preciosos trajes sastre, sus piernas son tema de un ensayo completo de poesía erotismo y fetichismo. 
Seria sublime cada semana tener un sueño con ella, una sesión con ella, verla una vez a la semana porque al igual que Tony me haría mucho bien. Me abriría, no escondería nada, le hablaría de …… Sin duda esta escena fue de lo mejor de la tercera temporada de “Los Soprano” 
