viernes, 8 de enero de 2010

Buenas noticias



Leí en el periódico el caso de las tres mujeres que cobraban seguros de vida después de planear y pedir el asesinato de dos de sus conocidos. Escalofriante, increíble, detestable.


La ciudad de la furia, de las cagadas, del terror….


Por dinero, por codicia. Al otro día otro “peridodicazo” de ”Lenones” Poquianchis dosmildiez.. jovencitas raptadas y obligadas a entregar su cuerpo por unos cientos de pesos. Recordé de inmediato tantas noticias espantosas. Estuve consternado.. me afectó. Al subir al metro estuve paranoico y atento a otro “Balderazo”… Sé que voy a morir pero no a manos de un cobarde imbécil. Quise dejar la noticia del periódico atrás. Puse la radio y ahí estaba otra vez.. y otra y otra… Los compañeros de trabajo “¿Ya escuchaste la noticia de las viejas que mataron al chavo por dinero?” “Andaban en Europa, se les acabo la lana y regresaron por otra víctima”….. Desilusionado, asustado…..


El café que no debo tomar a las 7 de la noche lo tomé pero es que había una tarde tan preciosa y solitaria, tan melancólica y lluviosa. Hizo su efecto y me despertó a las 11.30 pm.. Vi televisión, normalmente a esa hora debo estar dormido esperando encontrar a Charo en algún sueño. Y vi un programa con Denisse Maerker como presentadora “Punto de Partida” y me alegro el corazón.. Vi una presa con agua azul, muy azul. Vi unos pescadores que desde hace mucho entendieron que la unión hace la fuerza. Les va bien, han creado riqueza, prosperidad, y trabajan como desde el principio; en grupo y con un mismo objetivo. Una comunidad, una cooperativa.. Todos somos uno.. Uff que alegría. Luego mujeres indígenas que hablaban como revolucionaras, como poetas, como líderes, como soñadoras y destacadas emprendedoras, desafiantes de usos y costumbres… Vi como se puede cambiar el entorno, embellecerlo, hacerlo habitable y redituable, vi trabajo, esfuerzo, satisfacción y un futuro prometedor.. Vi el respeto por la tierra y por los semejantes. Vi el mundo como debería de ser.



Es una pena que la gente comunique y esparza rápidamente las malas noticias. Que se expanda el miedo, el desconcierto y el terror con tal rapidez. Casi nadie habla de buenas noticias.