miércoles, 18 de mayo de 2011

Capítulo 4 y 5 de "Ten miedo de mí"






No he sabido hablar de ti, ni he sabido hablar de amor

IV

El Informante, la lectura de tu ciudad.




Taxista encontrado en las calles de la obrera. El susodicho era un “pájaro de cuenta” dado que en su haber tenía más de tres averiguaciones previas. Sucedió por la noche cuando el hasta ayer victimario resultó ser la víctima, donde al parecer el otro maleante lo “madrugo” asestándole certeros golpes en la cabeza. Información página 24.

Mónica como todos los fines de semana sale de su trabajo, esperó ver a su taxista de confianza, pero le informaron que este acababa de salir a dar un viaje hasta al otro lado de la ciudad y demorará por lo menos 45 minutos, así que Mónica se aventura a tomar otro taxi.
El pantalón pegado a sus piernas y caderas era un espectáculo transmitido desde el espejo retrovisor del chofer. Mónica se incómoda y prende un cigarro. En eso pasan enfrente de un hotel de medio pelo.



- Oye no sabes cuanto cobraran.
-- ¡Qué le pasa imbécil!.
- Pues digo, con ese trasero pareces puta y …..

Mónica le grita majaderías, ofendida por el tono lascivo del chofer. Este sacó un cuchillo y le dijo:

- Quítate los pantalones zorra y déjame ver tu linda y pegajosa concha.

El chofer ya había cambiado de ruta, tomando una avenida desconocida para Mónica, que le latía su corazón a gran velocidad igual que el taxi. En un semáforo se orilló, se volteó y tocó lo que podía de Mónica, que gritando y llorando se intentaba defender. La jaló por el cabello con furia, la abofeteo y se volvió a acomodar en el asiento frente del volante, arrancó y a unos cien metros detuvo el auto.

- ¡Mira hija de tu puta madre, te voy a partir el culo si no abres las piernas!…

Antonio rompió de una patada el cristal, abrió la puerta derecha, tomó por la sucia camisa al chofer y afuera a patadas lo dejó inconsciente, con el rostro hinchado y bañado en sangre levantó con trabajo la vista para reconocer a su salvaje agresor, la última patada fue directa a su rostro, y el impacto lo dejó con los ojos cerrados para nunca más volver a abrirlos.

Antonio subió al taxi, lo encendió y condujo hasta la casa de Mónica, en el camino no volteó a mirarla, molesto y furioso por el ataque que sufrió su mujer indefensa, quería estrangular al tipo, reventarlo a balazos pero el taxista ya estaba muerto. En el transcurso no dijeron palabra alguna. Mónica bajó del auto sin voltear atrás, abrió desesperada la puerta de su casa y cerró de inmediato.







V

Esteban desde la acera despide a Mónica que dentro del microbús busca un lugar y le lanza una mirada tierna y coqueta como despedida. Al avanzar lentamente el carro para cargar pasaje Esteban la va siguiendo con su mirada y de repente se cruza con otra mirada, maliciosa, taimada y sagaz, Antonio se sienta detrás de Mónica y el microbús parte. Antonio le pregunta:

- ¿Es tu cabello?.
- No. Es una peluca.

A ella le agradó él, físicamente y le transmitía con los ojos un encanto el cual ella dejaba fluir.

-- ¿Era tu novio?
- Sí, lo quiero mucho.
-- Se ve que es buena persona, mira, me gustaría ser tu amigo y salir juntos.
- ¿Es por eso que me sigues?.
-- No pienses que soy un loco es …
- Gracias por ayudarme.