martes, 8 de julio de 2014

Simón Bruma


 Por momentos creía estar viendo una película. La dirección teatral me pareció alucinante!. Con tan pocos recursos, trasladarte, transportarte por pasillos, el sótano, y los pisos de una casona lúgubre. Un texto divertido, inteligente y arriesgado. Apostando a la imaginación; monstruos que no nos muestran pero nos dicen como son y es un juego construir en la mente esas deformaciones abominables.


Realidades alternas, opciones múltiples, universos paralelos. Un Doctor siniestro y una casa de los espantos. Buen teatro.

Me recordó una historia fascinante “La invención de Morel”