martes, 11 de febrero de 2014

Hasta la había soñado…


 El domingo alguien quemó mi paraíso


mi pista

mi templo

mi cerro

donde disfruto el cielo

el aire

el verde

un lugar donde paso las mejores horas de la semana

un lugar especial para sentirse vivo. Para volar. Un lugar especial para estar con uno mismo.



Lejos de la monstruosa y apestosa ciudad de México

Lejos de la gente

De tanta gente

De tanta carne, hueso y caca



Fuego

Humo

El cielo se volvió gris

En segundos quedó en cenizas

A muy pocos les importó… A mí me entristeció.



Ya en la tardé

Pasé a otras cosas

Y dejé atrás el cerro quemado

Negro

Feo

Triste

Lastimado y solo.



Al otro día

Un NO.. otra vez un NO.

ya no se puede incendiar mi corazón

nada ni nadie puede hacer fuego en él

es que simplemente ya no se puede.



En mi corazón las ilusiones crecieron

Las deje ser

Las deje crecer

Y de repente en segundos

Desaparecen

Se incendian

Se destruyen

Desaparecen, desaparecen, desaparecen.



Eso es triste.