lunes, 1 de abril de 2013

Mi nombre es Edgar y no soy terrorista…Semana ¿Santa?


En Milpa Alta me tocó ver la procesión de “Domingo de ramos” y en Tizayuca, Hidalgo me tocó ver “el Viernes santo” vi como desfallecía un Jesus. Por televisión en cadena nacional vi media hora de la famosa y “tradicional” Semana Santa de Iztapalapa.


La fascinación de las multitudes por la tortura, por el escarnio, por el castigo público.

Una representación teatral espeluznante. Un ser torturado en medio de una multitud que solamente observa, una procesión que jamás hará nada por evitar su sufrimiento y así será por los siglos de los siglos.

El amor. La oración, la compasión…. No están en ese viacrucis.

Vi “Mi nombre es Khan”. El humanismo es incomprendido por la mayoría de la humanidad.


Un mundo monstruoso.. Un ciudadano, cualquier ciudadano no puede acercarse a un simple presidente de una nación. De su nación. Este mundo está realmente JODIDO.



Dale más poder al poder.
 
Ahora imagínense acercarse al mismísimo Jesús, aquel que predicaba (dicen) “Dejad que los niños se acerquen a mí” Aquel que entró montado en burro a la ciudad tomada por una potencia extranjera.



El imperio que tomó su nombre para volverlo una industria.
 
Khan es una película humanista. Un hombre ingenuo y trasparente que a los ojos de los demás es extraño y discapacitado.

El poder que para sostenerse y justificarse genera odio, división, pobreza y guerra.



La ignorancia, los prejuicios, el racismo, lo superficial… hacen mucho daño