martes, 18 de diciembre de 2012

PIEL CANELA

La primera vez no la vi… la olí.
  Después de olerla inmediatamente la vi: Tenía la piel color canela.

Tenía unos ojos profundos y oscuros. Unos bellos ojos negros.

Ella estaba sentada en un gabinete de un restaurante a unos metros de mí y mi acompañante. Estaba sentada enfrente de otra chica, esta de cabello rubio, contrastando como eclipse su cabello negro.

Al verme, al descubrirme la de piel canela pasó sus dedos entre su cabello. Yo no quería dejar de mirarla. Estaba inquieto, desesperado, ansioso y enamorado.

Ella me miró, una, dos, tres veces; a la cuarta vez de desviar sus ojos hacia mí; me sonrió.

Yo intentaba, me concentraba en no parecer un pervertido, un viejo cochino… No podía, no quería dejar de mirarla.. Era algo que no me sucede frecuentemente, mi cerebro no podía controlarse y dominar la situación.. Aunque (lamentablemente) si lo hizo y reprimió al animal que llevo en mí.

Luego ella levantó, abrió y cruzó sus piernas como si estuviera sentada en una cama o en el pasto. Mientras yo imaginaba su sexo, su cueva, el viaje hacia su interior.


Luego se sentó ya no viendo de frente a su interlocutora, si no en una coqueta posición donde me estaba viendo a mí. (Se estaba dirigiendo a mi)

Me sedujo, me conquistó. Me ató a su barco….



Luego se puso de pie para marcharse:
Imán de mujer.




Tal vez fue porque yo acababa de correr un Maratón. Tal vez estaba receptivo a sus feromonas, tal vez hasta pude respirar la fragancia que emite su aroma corporal. Tal vez me volvió loco el olor de su pecho a distancia.


Sexi mujer… me encantó su piel color canela, sus ojos negros.

Me entristece que esto no suceda seguido. Sentir que te llaman, que te jalan.



Ella, en esos momentos era capaz de llevarme al cielo, sacarme del planeta… con tan sólo una mirada.