El domingo alguien quemó mi paraíso
mi pista
mi templo
mi cerro
donde disfruto el cielo
el aire
el verde
un lugar donde paso las mejores horas de la semana
un lugar especial para sentirse vivo. Para volar. Un lugar especial para estar con uno mismo.
Lejos de la monstruosa y apestosa ciudad de México
Lejos de la gente
De tanta gente
De tanta carne, hueso y caca
Fuego
Humo
El cielo se volvió gris
En segundos quedó en cenizas
A muy pocos les importó… A mí me entristeció.
Ya en la tardé
Pasé a otras cosas
Y dejé atrás el cerro quemado
Negro
Feo
Triste
Lastimado y solo.
Al otro día
Un NO.. otra vez un NO.
ya no se puede incendiar mi corazón
nada ni nadie puede hacer fuego en él
es que simplemente ya no se puede.
En mi corazón las ilusiones crecieron
Las deje ser
Las deje crecer
Y de repente en segundos
Desaparecen
Se incendian
Se destruyen
Desaparecen, desaparecen, desaparecen.
Eso es triste.