martes, 17 de septiembre de 2013
Más pequeños que el Guggenheim: Desadaptados, marginados, solitarios y geniales.
Una obra de teatro cargada de soledad, dolor, idas al hospital, estancias en el hospital, idas a la cárcel, estancias en la cárcel y de mucho humor.
Cuando la anécdota uno la transforma en jocosa, en el pasado, en ese momento no tenía nada de gracioso. No se veían las cosas nada bien, sin dinero, en graves problemas.
El conflicto, el motivo, una señal, una esperanza.
La amistad, alguno en este mundo de mierda al que sujetarse, que te aguante, que soporte tu pésimo humor, tus dichos a la mitad, tu desidia, tu falta de talento, tu falta de otros amigos.
Muy buen guión e increíblemente divertida.