miércoles, 12 de junio de 2013
La cita que no tuve con Xavier Velasco.
Luna llena en las rocas, Diablo guardián, Materialismo histérico….
En camino a ver y escuchar a Xavier Velasco, pasé enfrente de lo que era un bar de mala muerte y yo pasaba tardes memorables. Caminé enfrente del edificio donde vi por primera vez a Tania; amor a primera vista. Crucé la esquina de Álvaro Obregón e Insurgentes y comprobé que sigue en la memoria el beso que le di a Araceli. Seguí caminando convencido de que valen más los amores truncos e imposibles que los consumados y vividos.
Una mujer de cabello negro parecido al de Estela, apagó el cigarro en un charquito (había llovido una hora atrás) luego lo depositó en el bote de basura. La miré, busqué la belleza de sus ojos, no me equivoqué; era hermosa. Mi mirada le dijo “te amo”. Gracias por existir y no desordenar más este mundo lleno de ilusiones.
La desilusión llegó a los cinco minutos.. Ya no me dejaron entrar a la sala donde el autor tendría una plática con sus lectores..
Triste…
Escribí esto sobre la hoja del libro donde el autor escribiría una dedicatoria: “A mis amigos Edgar y el Negro… Xavier Velasco.”