¡Edgar!
… ven a ver esto Temeroso sabía como todos los demás) la hora exacta del fin del mundo, me acerqué.
Vi el preciso impacto del misil cósmico en el cielo
Vi como se expandió, como una gota en el agua apaciblemente estancada. Luego de la colisión, estelas de luz, caían del cielo mágicamente, desafiantes.
Cayeron cerca de mí.
Oscureció cerrando el telón de la vida, no más luz. Comenzó el terror.
Al despertar la vida seguía siendo. Amaneció frio, al paso de las horas iba calentando.
Que tristeza; sabes, no se me ocurrió llamar a Penélope por teléfono y decirle:- No te preocupes es sólo el fin del mundo.