Al no saber de ella mutilé mis alas
porque fui yo quien no quiso saber más de su amorosa presencia
Ahora los domingos
veo la luz del día irse
difuminarse
y recostado el corazón en la almohada
fumándome el corazón viendo la ventana;
extraño volar
pero extraño mucho más su llegada a esta habitación,
todos los sonidos que la acompañaban
desde su caminar, las llaves, y también su aroma.
En la soledad dibujo con el cigarro alas de humo
extraño al extraño en al aire
era un pez en el agua
ahora subo a la azotea
el escenario no es hermoso
cables, antenas de televisión, tinacos.
Toco la guitarra
canto
y a veces hasta hago poesía
aclarando que no tiene nada que ver con la que se fue.